Uno de los efectos que tiene hoy, y tendrá mañana, la actual crisis económica es el cambio en la forma de pensar, proyectar y ejecutar las infraestructuras y obras en general.
Así, por ejemplo, en el caso de Barcelona, aquellas que ya estaban en ejecución, en plenos trabajos, como la línea L-9 del metro, sin duda el más paradigmático, han pasado a ser proyectos planificados. Se finalizará, sin duda, algún día, pero se sabe del cierto que se acabarán.
Pero hay otros que apenas eran ideas a desarrollar y, esos proyectos, por decirlo de otra forma, se hallan en el limbo, ese lugar entre la vida y la muerte. Es el caso del edificio del Fòrum, el campus del Besòs de Zaha Hadid y el de Frank Gehry para la Sagrera, ambos traspasados. U otros, proyectos clave como los túneles de tren de la Diagonal y de Horta y la ampliación del túnel de Vallvidrera que están en punto muerto.
(Via El Periódico)
No hay comentarios:
Publicar un comentario